The Undoing, la doble cara de la vida ideal

Si hay una productora que sabe hacer tanto series como cintas originales de gran calidad para su plataforma o canal, esa es HBO. Por muchos años antes de que comenzara la competencia del streaming, ha generado diversos materiales que van desde shows televisivos como Los Soprano, hasta eventos limitados como Watchmen o Chernobyl.

Una de las miniseries producidas por HBO en el 2020 que llamó la atención del público y la crítica fue el regreso del showrunner David E. Kelley con Nicole Kidman, dupla que entregó grandes resultados con Big Little Lies en sus dos temporadas y que ahora toman como base la novela de Jean Hanff Korelitz llamada Tu Ya Lo Sabias para realizar este evento limitado de seis episodios llamado The Undoing.

El relato nos presenta a la familia Fraser: Grace (Nicole Kidman) es una psicóloga con un padre bastante poderoso y Jonathan (Hugh Grant) es un médico oncólogo de buen corazón y reputación. Su hijo, Henry (Noah Jupe) es un ejemplar estudiante en su academia. Todo parece perfecto en apariencia pero de repente la reputación y la unión de esta aparente familia perfecta se ve manchada al involucrarse en un caso de asesinato.

Dirigida por la directora danesa ganadora del Oscar, Susanne Bier, la historia se va desarrollando como un clásico ‘whodunnit’ que va tirando las máscaras de un núcleo familiar de la alta sociedad neoyorquina, aportando a la trama varios giros dramáticos e intensos que van confundiendo al espectador con habilidad a pesar de los altibajos en su ritmo.

Una de las principales virtudes justamente recae en el cast de los personajes, mismos que existen y viven en este mundo aparentemente intocable y pulcro de la clase alta. Cada uno se desarrolla de buena forma, sobre todo en el caso de Grace, donde Kidman da cátedra en un rol que va cambiando sorpresivamente durante los seis episodios de esta miniserie, mismos donde la vemos endeble ante las revelaciones que tiene que enfrentar hasta las experiencias donde se llega a cuestionar su inocencia (o ignorancia) en el caso en que se ve arrastrada.

En contraparte tenemos al esposo, Jonathan, interpretado por Hugh Grant, cuya personalidad resulta cautivadora hasta que ciertos secretos se van dando a conocer, mismos que provocan ver una dualidad perturbadora en su rol. Esa dinámica extraña de pareja queriendo resolver el misterio del asesinato en el que se ven envueltos así como la verdad detrás de su relación son los que alimentan principalmente este proyecto.

También encontramos personajes secundarios como el padre de Grace, Franklin (Donald Sutherland), cuyo rol como padre protector de su hija y poderoso miembro de la alta sociedad neoyorquina lo convierten en una amenaza capaz de hacer lo que sea por su familia, así como Henry (Jupe) cuya dinámica de vida escolar y personal se ve sacudida a la par de la de su núcleo familiar en una deconstrucción rodeada de misterio y falsas apariencias en medio de la fría y, a veces, intocable vida de la clase poderosa donde la reputación es primero.

La serie cuenta con una estética interesante que resalta esa frialdad de una disparidad de clases donde Bier busca un tono misterioso pero íntimo, dándole a este misterio de saber quién es el culpable un enfoque más de deconstrucción de la verdad en sus personajes así como las cuestiones de qué tanto conocemos a las personas realmente, todo esto a la par de un juego de poder donde pareciera que la justicia es dispareja y se inclina hacia donde va el dinero.

La principal fortaleza del guion de Kelley son los diálogos y las revelaciones que generan la duda en el espectador acerca de quién es quién o qué son capaces de hacer, dando énfasis a las relaciones interpersonales entre ellos y su mundo aparentemente perfecto que se cae poco a poco a pedazos en medio de este reflejo duro y frío de su contexto social que pareciera ser intocable, tan sólo para mostrar sus monstruos ocultos en falsas apariencias.

Es así que Bier le pone su toque especial, mostrando tomas de la ciudad de Nueva York que hacen alusión a su grandiosidad, desplazando la cámara haciendo énfasis en los puntos más altos de la misma y marcando esa diferencia que hay entre los Fraser y su mundo con los demás factores de la investigación así como la familia de la víctima.

A pesar de que encuentra esa atmósfera llena de cinismo y desconocimiento donde las cosas se hacen a cierta manera, es en la elaboración del suspenso donde a veces falla, ya que a pesar de los giros que se le dan al relato, el final se va tornando predecible y un tanto anticlimático para su propuesta. Además de que, en el aspecto de la edición, tiene algunos problemas ya que hay partes donde el ritmo de la serie se cae y lo que lo sostiene es el gran trabajo actoral.

Es así que The Undoing cumple al encontrar a ese público que encontró interés en proyectos anteriores de Kelley, como lo fue Big Little Lies, en una serie que a pesar de esos detalles en su narrativa, genera en el espectador esa aura de incomodidad y desagrado por las actitudes de estos personajes en un show que puede resultar atractivo para todos aquellos que les gusta el subgénero, esta vez desarrollado como una deconstrucción familiar que refleja lo peor de esa clase social a la que los Fraser pertenecen, esa que, a todas luces, nos muestra las dos caras de una vida ideal llena de falsas apariencias.

The Undoing es una miniserie que compite en esta temporada de premios, juntando ya 4 nominaciones a los Globos de Oro así como un par por parte del gremio actoral en los SAG Awards, convirtiéndola en uno de los proyectos más interesantes de este año.