(Matias Meyer, 2020)
El amor tiene diferentes formas de sentirse. Incluso es un tema recurrente que alimenta la cultura pop, como las típicas comedias románticas donde ante la adversidad se van enamorando (Woman of the Year, Stevens, 1942), cariños extraños que derivan en lo mostruosamente bello y sin forma (La Forma del Agua, Del Toro, 2017) o los idilios dramáticos de relaciones que sufren de todo para enfrentar un funesto destino (Historia de Amor, Hiller, 1970).
En medio de una época donde la visión del amor rompe ideologías previamente concebidas y con lemas tan resonantes como «love is love», que hacen hincapié en que no importa la forma ni el género, llega una propuesta de cine mexicano por parte del director, guionista y productor Matías Meyer llamada Amores Modernos, que juega con la percepción del amor en diferentes manifestaciones.
En este nuevo filme, Meyer sale un poco de esa fórmula experimental de sus anteriores filmes donde no trabajaba con actores profesionales para, esta vez, optar por armar un elenco coral de nombres bastantes conocidos en el gremio del cine mexicano.
Actores como Leonardo Ortizgris (Museo, Ruizpalacios, 2018), Ilse Salas (Las Niñas Bien, Márquez Abella, 2018), Raúl Briones (Asfixia, Márquez, 2018), Andrés Almeida (Tiempo Compartido, 2018) y Ludwika Paleta (Rumbos Paralelos, Montero, 2016) adornan un relato de una familia que se reencuentra después de muchos años debido a la súbita muerte de su madre. Esta reunión inesperada traerá revelaciones dolorosas pero a la vez un concilio en sus vidas al aceptar que no todo es como aparenta.
El amor dentro de una familia partida es la principal guía de esta historia, lo cual deriva hacia la cuestión del concepto de la familia misma y presenta a su vez distintas visiones acerca de este sentimiento y cómo cada quien obtiene lo que cree merecer. El amor tóxico, la codependencia, la homosexualidad e incluso el poliamor son vistos a través de una mirada kaleidoscópica que muestra afecto, aceptación y el perdón a través de las vivencias de nuestros protagonistas.
El aspecto estético está muy bien cuidado, con una fotografía que ayuda a crear esas atmósferas de dolor, de nostalgia que acompañan esta deconstrucción del amor filial visto a través de diferentes enfoques. La música también funciona bien, sirviendo como punto de unión entre los involucrados (como en cierta escena clave donde suena «Chicles» de Santa Sabina) o incluso algo que rompe, que acompaña el pesar de estos amores difíciles de asimilar.
Si hay algo de lo que adolece la cinta es de su ritmo, ya que el relato tarda mucho en desarrollarse para posteriormente encontrar ciertas resoluciones un tanto simplistas que evaden un poco la complejidad inherente que los personajes de Alex (Ortiz gris), Rocío (Salas) y Carlos (Almeida) iban confrontando, lo cual hace que se pierda el impacto.

Otro pecado del guión cae en un par de subtramas que involucran a Pavel (Briones) y a Ana (Paleta), personajes secundarios que más allá de añadir cierto color al mosaico, en realidad no aportan mucho al relato principal de esta familia que se va reencontrando después de andar perdidos por un buen tiempo hasta darse cuenta que los lazos de amor son complejos, esto mediante la visión de una familia nuclear rota en su naturaleza más intrínseca.
El ritmo fluye poco a poco hasta llegar a ese punto donde la visión de estos amores modernos llega a ser complaciente pero cumplidora en esta propuesta donde, sin duda, lo más destacado es el trabajo actoral de este elenco que sabe interpretar de forma natural a esta peculiar familia y sus lazos, esos que nos recuerdan que los afectos modernos no están tan alejados de los viejos.
Así, Amores Modernos resulta ser una cinta mexicana un tanto diferente a lo usualmente visto que habla del amor sin romantizar el concepto, tratando de mostrarlo más natural, más íntimo pero que al hacerlo sacrifica la complejidad de las relaciones humanas en aras de un final que mas allá de hablar de las complicaciones inherentes al concepto de este sentimiento en tiempos presentes, opta por la salida fácil del final relativamente feliz.
Esta película retrasó su estreno planeado para marzo debido a la lamentable situación de la pandemia pero a partir del viernes pasado se puede disfrutar en salas selectas del país en espera de tener mayores proyecciones posteriormente.

Por A.J. Navarro
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