Asfixia y el poder de la visión femenina en el cine mexicano

En la historia del cine de nuestro país solamente han existido 16 directoras nominadas al máximo galardón de nuestra industria cinematográfica. Nombres como los de María Novaro (Danzón), Maryse Sistach (Perfume de Violetas), Dana Rotberg (Ángel de Fuego) o la pionera Marcela Fernández Violante (De Todos Modos Juan Te Llamas) han abierto el paso para que las mujeres poco a poco tengan una mayor presencia.

A partir del año 2017, los premios de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, mejor conocidos como Arieles, han contado en la categoría a Mejor Director con presencia femenina, racha que incluye el primer triunfo de una mujer en la misma: Tatiana Huezo, por su documental Tempestad.

Este año la racha continúa gracias a la labor de Kenya Márquez, directora, guionista y productora jalisciense que con su segundo largometraje, Asifixia, alcanzó no solo este logro sino también otras seis nominaciones incluyendo el de Mejor Película, compitiendo con títulos bastante reconocidos como Ya No Estoy Aquí (Fernando Frias, 2019) , ganadora en la pasada edición del FICM o Polvo, ópera prima de José María Yazpik.

Actriz Johanna Fragoso Blendl.

El relato de Asfixia nos presenta a Alma (Johanna Fragoso Blendl), una mujer albina que acaba de salir de la cárcel y busca recuperar a su hija, Azul (Azul Magaña Muñiz) de las manos de su padre (Raúl Briones). En medio de esta vuelta a la sociedad, seguimos sus pasos y su lucha donde el espectador es testigo de unos aires de discriminación, clasismo y misoginia que sofocan el ambiente donde se desenvuelve.

En medio de todo este drama, Alma encontrará una esperanza con Clemente (Enrique Arreola), un hombre hipocondríaco que ve en ella una luz de esperanza. Rodeados de una ambientación un tanto melancólica, Márquez nos contagia de esa nostalgia, de ese sentimiento de angustia que rodea a nuestra protagonista en busca de una justicia materna que parece no llegarle.

Personajes Clemente y Alma, en Asfixia.

Con ese estilo visual que le caracteriza, reforzado nuevamente por el fotógrafo Javier Morón, pareja sentimiental de Márquez, donde los colores azules y verdes predominan para dar un aire de melancolía profunda, esta lucha de una madre por su hija se convierte en un viaje de hora y media permeado por una visión única que ya ha tenido en proyectos anteriores.

La sensibilidad y el manejo del tema es algo que Kenya, junto a otras directoras de cine mexicano, ha dejado ver en sus proyectos. Esa visión femenina que poco a poco va abriéndose paso en esta industria y que, aunado a ella, viene impulsado por nombres como Sofia Carrillo (Cerulia), que colaboró en el diseño de arte de su anterior cinta, Fecha de Caducidad (2012), asi como Lila Avilés, Alejandra Márquez Abella, entre otras.

Esta particular representación poco a poco va entregando relatos bien construidos que nos regalan una idea diferente del cine mexicano. Ya sea en largometrajes o cortometrajes de cualquier género, la presencia de la mujer en la industria del cine mexicano poco a poco va aumentando y derribando barreras.

Raúl Briones y Mónica del Carmen, en Asfixia.

Asfixia es una película más que entra en este pequeño mundo de la visión femenina del cine mexicano, una historia contada con una sensibilidad muy particular que otros filmes no tienen. Esta cinta, que además formará parte del festejo de los primeros cinco años de FilminLatino, representa una voz más de la necesidad de abrir las puertas a nuevos relatos que muchas veces la perspectiva de género puede regalar.

A.J Navarro

Por A.J. Navarro
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